Ansiedad: Sintomas cognitivos 3

Tercer artículo dedicado a los síntomas cognitivos de la ansiedad. Las formas en las que razonamos la realidad y que están detrás de nuestra ansiedad.


En nuestros dos artículos anteriores (Ansiedad: Sintomas cognitivosSintomas Cognitivos de la Ansiedad) hemos estado realizando un repaso sobre la manera que tenemos de percibir la realidad y cómo esta forma distorsionada de razonar lo que nos acontece nos provoca ansiedad.

En este tercer artículo dedicado a los síntomas cognitivos de la ansiedad, vamos a tratar los tres últimos tipos de razonamiento “alterado”.


Ansiedad: Síntomas cognitivos iii




Obligaciones supuestas.

¿En cuántas ocasiones no nos hemos recriminado algo con frases del tipo: Tengo que ser...., tengo que hacer..., etc.?, ¿En cuantas ocasiones no nos hemos descubierto recriminando a alguien con frases del tipo: Tendría que ser..., debería hacer...?.

Ansiedad Sintomas - Bronca
En ocasiones estas obligaciones supuestas pueden ser confundidas con un intento de superación: descubrimos que en algo no somos lo suficientemente buenos, correctos, eficientes, etc., y recurrimos a esta expresión para motivarnos, para forzarnos a corregir este “error”.

El problema de esta expresión es que, en realidad, no es ninguna motivación: es una auto-riña, que nos infligimos por un hipotético error. Insistimos en lo dicho, son recriminaciones que nos realizamos por no llegar a cumplir con las expectativas que nos hemos marcado nosotros y que, habitualmente, son demasiado irreales.

Algo similar podría decirse cuando estas supuestas obligaciones las atribuimos a los demás. Habitualmente estas obligaciones que atribuimos a los demás, se basan en momentos puntuales en los que tenemos contacto con ellas: una dependienta en una tienda que se demora demasiado. Nuestra reacción es atribuirle la obligación de atendernos con prontitud y diligencia, sin considerar que pudieran haber razones que justificaran su comportamiento actual, sin considerar que estamos juzgándola sin saber qué hay debajo, puede que sea la mejor dependienta del mundo que tiene un mal día (y, sí, todos tenemos un mal día y el tenerlo está permitido y es humano).

Como se plantea, tanto cuando estas supuestas obligaciones las atribuimos a los demás, como cuando nos las atribuimos a nosotros, el incumplimiento de las mismas nos produce frustración; por tanto se debe a una alteración de la manera de razonar, un síntoma cognitivo, que no debe ser confundido con ser exigente con uno mismo o con los demás sino que implica una revisión de nuestros planteamientos ajustando las supuestas obligaciones a la realidad.

El recriminarnos con tengo que ser, tengo que hacer, etc. sólo puede conducirnos a la frustración cuando no lo consigamos (cosa muy probable pues nuestras metas de perfección suelen ser irreales) es mucho más razonable hacernos planteamientos de voy a intentar, de esto he aprendido...


Etiquetas.

No podemos despreciar el poder de la etiqueta. Cuando algo es etiquetado, automáticamente pasa a estar clasificado, a pertenecer a una clase de la que es muy difícil salir.

Ansiedad Sintomas - Etiqueta
Los seguidores del libro “el secreto” y similares, defienden que el poder de la etiqueta es tal que si cogemos dos botes idénticos, completamente limpios, los llenamos de agua, uno lo etiquetamos con la palabra “buena” y otro con la palabra “mala” y los guardamos en un armario, al cabo de los meses, al volver a comprobar el estado de estos botes veremos como el agua del bote etiquetado como buena sigue cristalina mientras que el agua del bote etiquetado como mala se ha corrompido. (Nota: Nosotros hemos realizado la prueba y, en nuestro caso, el resultado no ha sido el esperado).

Con independencia de estas creencias, la mayoría de nosotros hemos visto en nuestras vidas cómo la etiqueta marca a la persona. Hemos visto al típico compañero etiquetado como pesado, con el que nadie hablaba y con el que, una vez hemos hablado, no entendíamos el motivo de esa etiqueta, aún así esa etiqueta hacía que nadie hablara con él y, por tanto, era muy difícil quitársela.

Cuando etiquetamos algo, lo clasificamos y raramente revisamos esta clasificación.

Si clasificamos a alguien como pesado, lo evitaremos y no daremos opción a revisar esta opinión. Si nos clasificamos a nosotros pasará lo mismo.

El error que estamos cometiendo es considerar que las personas son como las pirámides, es considerar que las personas son siempre iguales y no evolucionan, mientras que las personas somos mas como los ríos, que evolucionan y se adaptan.

Por reñir un día a tu hijo de manera injustificada no eres una mala persona, un mal padre, un ser despreciable al que se le debe quitar la custodia y encarcelar vitaliciamente sin contacto con la humanidad, eres un padre que ha tenido un mal momento, al que ahora, le toca rectificar, reconocer el error y enmendar (la prueba más evidente es que eres consciente de la equivocación - una mala madre o un mal padre no lo serían-).

Al poner etiquetas solemos caer en el error de la falta de precisión de las palabras que suelen ser inexactas. Poner etiquetas nos impide evolucionar y, por tanto, debemos intentar evitarlas.


Autoinculpación.

Este síntoma cognitivo de la ansiedad es el que se produce cuando nos atribuimos toda la culpa de cosas que escapan a nuestro control.

  • Mi hijo ha suspendido, soy un mal padre.

  • Mi tasa de aprobados es baja, soy un mal profesor.

  • El coche que reparé se ha vuelto a estropear, soy un mal mecánico.

  • ...


Ansiedad Sintomas - Autoinculpación
En todos estos casos nos estamos atribuyendo la culpa de algo que, si bien tenemos una influencia sobre ello, escapa a nuestro control total. Si bien es cierto que yo reparé el coche, el hecho de que se haya vuelto a romper puede deberse a cosas ajenas a mi (mala conducción, mal mantenimiento, etc.), si mis alumnos no han aprobado, una parte del trabajo lo debo realizar yo, motivándoles, apoyándoles, etc., pero yo o puede hacer que estudien como debieran, ni controlar su entorno personal, ni ser su única influencia, ni soy responsable de su formación de base, etc.

Esta autoinculpación resulta paralizante, nos estamos atribuyendo la responsabilidad total sobre cosas en las que sólo disponemos de una influencia, hay más factores que conducen al desenlace y que no dependen de nosotros. No podemos responsabilizarnos pues de este desenlace ni podemos ni debemos intentar controlar todos y cada uno de los aspectos pues, sencillamente, hay cosas que escapan al control de cualquiera.


En estos tres artículos hemos tratado sobre diez alteraciones del pensamiento, diez síntomas de ansiedad en el plano cognitivo, diez pautas de pensamiento que sólo van a conducirnos a aumentar la ansiedad y, por tanto, los síntomas con que se manifiesta.

Mostramos ahora una lista resumen de los mismos:

  • Pensamiento Dicotómico: Vemos el mundo en blanco y negro, no existen las escalas de grises. Cuando algo no es totalmente perfecto es un completo fracaso.

  • Generalización (excesiva): Considerar un “fracaso puntual” una normal general.

  • Abstracción selectiva: Centrar nuestra atención en un punto negativo obviando el resto para justificar el fracaso.

  • Descartar lo positivo: Retar importancia, despreciar, los hechos positivos que contradicen algo para poder quedarnos con lo negativo.

  • Adivinación: Justificar lo negativo suponiendo lo no probado – leer pensamiento o adivinar el futuro.-

  • Desproporción: Truco del prismático: exageramos lo negativo y minimizamos lo positivo.

  • Emoción vs Realidad: Razonar con las emociones: me siento mal luego algo va mal.

  • Obligaciones supuestas: Autoimponernos o imponer a los demás obligaciones irrealizables.

  • Etiquetas: Clasificarnos a nosotros o a los demás dentro de categorías.

  • Autoinculpación: Atribuirnos la responsabilidad de cosas que escapan a nuestro control.


Volveremos sobre esta lista cada vez que lo necesitemos para identificar estas alteraciones del pensamiento. Volveremos para aprender a identificarlas e intentar no caer en ellas. Volveremos tanta cuantas veces necesitemos hasta cotidianizarnos con ella, hasta interiorizarla como tablas de multiplicar y poder detectar estos síntomas cognitivos de ansiedad sin necesidad de recurrir a ella.

Esta lista de síntomas de la ansiedad, es una relación de las alteraciones del pensamiento (síntomas cognitivos) que nos hacen vulnerables a la ansiedad, que hacen que tengamos – de manera inconsciente – una inclinación a mantener esta ansiedad y, por tanto, son alteraciones que debemos intentar corregir en nuestro propósito de curar la ansiedad.