Por que da ansiedad

Tenemos ansiedad y no sabemos por qué, queremos saber por qué tenemos ansiedad. No siempre es fácil pero veamos cómo podemos hacerlo.


Con el tiempo y no sin dificultad, hemos asumido que tenemos un trastorno de ansiedad y que este es el causante de todas dolencias. Hemos aprendido que el trastorno de ansiedad es una alteración, un mal funcionamiento, del sistema preventivo-defensivo llamado ansiedad y que este error es el que provoca que sintamos que debemos ponernos en alerta ante determinadas circunstancias.

Nuestro sistema Ansiedad está estropeado: ahora nos informa de peligros cuando “aparentemente” no hay ninguno, ahora nos informa con un nivel de intensidad que no corresponde al peligro real, ahora no es capaz de apagarse.

Algunos terapeutas defienden que conocer el origen de este mal funcionamiento no es requisito para curar la ansiedad, esto es: puede curarse la ansiedad sin llegar a conocer nunca qué es lo que la desencadenó.

Sin entrar en polemizar sobre este planteamiento, lo que sí es una realidad es que muchas de las personas que padecemos trastorno de ansiedad quisiéramos conocer qué es lo que ha producido nuestra ansiedad, queremos saber por qué tenemos ansiedad y, habitualmente, conocer qué está provocando la ansiedad facilita el poder trabajar para superarla, facilita nuestro objetivo final que no es otro que el de curar la ansiedad.

En esta tesitura muchos nos ponemos a pensar y volvemos a pensar qué nos está ocurriendo, intentamos repasar mentalmente cada una de las situaciones que creemos que han podido ser las causantes o desencadenantes de nuestro trastorno, revisamos nuestras relaciones personales, familiares, laborales, los acontecimientos que nos han ocurrido, nuestros sentimientos en cada uno de los momentos del día, lo que hemos comido, como hemos dormido, qué película hemos visto, etc. Nos pasamos mucho tiempo buscando con resultados nulos.

El problema es que estamos buscando de manera desordenada y desorientada, buscamos sin orden ni dirección y, de esa manera, es difícil encontrar. Por suerte existe una técnica que sí va a permitirnos saber qué nos ocurre, es la técnica de:


¿Qué es lo peor que podría pasar?.



Normalmente no sabemos qué nos está desencadenando nuestro trastorno de ansiedad. Puede que tengamos agorafobia, esto, es que no podamos salir a lugares abiertos, puede que tengamos glosofobia, o lo que es lo mismo, nos sintamos paralizados y no podamos hablar en público, etc. Sabemos que es lo que no podemos hacer, sabemos que nos está imposibilitando pero no por qué se está produciendo.

Intentamos pensar qué nos está produciendo esa incapacidad, qué es lo que nos está produciendo ansiedad, por qué ahora no podemos utilizar los transportes públicos, acudir a cenar con los amigos, etc. y no descubrimos nada. El caso más singular de este tipo de preguntas es cuando padecemos ansiedad generalizada, esto es, estamos en un estado de ansiedad constante durante todo el día y, por tanto, la respuesta a qué lo está produciendo es “todo” (o nada).

Ante estos problemas de determinación, la respuesta suele estar en hacer las preguntas adecuadas y, en este sentido (puesto que suele dar muy buenos resultados), la técnica que proponemos es la que hemos llamado ¿Qué es lo peor que podría pasar?.

Se trata de una técnica relativamente sencilla encaminada a desvelar, a hacer patente, el autentico miedo, el monstruo que nos aterroriza, la fantasía que nos paraliza y está desencadenando nuestro trastorno de ansiedad.

La técnica se realiza con un simple “lápiz y papel”- simple pero efectivo y no reemplazable, esto es: para conseguir el resultado buscado debemos ir escribiendo cada paso.

Comenzaremos por describir qué situación nos resulta paralizante. Puede (como en la ansiedad generalizada) que sean muchas, por lo que lo haremos para cada una de ellas.

Una vez descrita esta situación, veremos qué es lo que nos asusta de esta situación y supondremos que estamos en esa situación para plantearnos el siguiente paso.

Por ejemplo:

Imaginemos que tenemos miedo a viajar en un transporte público, la pregunta a responder sería ¿por qué nos asusta?. Ante esta pregunta cada persona nos puede dar su respuesta: nos preocupa perder el control, nos preocupa perder el conocimiento, nos preocupa vomitar, nos preocupa que se derrumbe el techo, nos preocupa que descarrile, etc.

Cada persona tendrá algo que es lo que realmente le trastorna. Ahora deberemos imaginar que eso que nos altera ya ha ocurrido. Esto es: me preocupa perder el conocimiento; bien, nos imaginamos que estábamos en el transporte público y realmente hemos perdido el conocimiento, la pregunta ahora sería ¿y qué es lo peor que puede ocurrirnos?.

Ante esta nueva pregunta volveremos a tener distintas respuestas posibles dependiendo de la persona: a algunos nos preocupará no despertar, en este caso nos deberíamos preguntar qué nos preocupa de no despertar (¿lo que dejamos?, ¿lo que no hemos podido hacer?, ¿Lo que tememos perder?, ¿lo desconocido?, etc.; otros sabemos que ese desmayo será pasajero, iremos o no al hospital y nos repondremos, ¿Qué nos preocupa pues del desmayo?, ¿Qué es lo peor que podría ocurrir con ese desmayo?.

Mediante sucesivas preguntas descendentes, en cada paso iremos escribiendo (recordar la importancia de dejar plasmado en el papel qué nos altera) lo peor que nos puede pasar, suponer que realmente ocurre y ver qué nos preocupa de la nueva situación, iremos afinando cada vez más cual es el punto origen de nuestra alteración.


La técnica de ¿Qué es lo peor que nos podría pasar?, nos hará capaces de llegar a descubrir cual es nuestro demonio o demonios internos, qué es aquello en lo que se fundamenta, de lo que parte nuestro trastorno de ansiedad. Descubriremos por qué tenemos ansiedad: un paso importante hacia nuestro objetivo de curar la ansiedad.

Importante pero no definitivo. Una vez sepamos qué es aquello que nos está desencadenando el trastorno de ansiedad, deberemos aprender la manera de superarlo para efectivamente curar la ansiedad. Algo que puede que no seamos capaces de realizar por nosotros mismos y en lo que podemos necesitar la experiencia y ayuda de algo o alguien más.